José Said en cuatro momentos según sus cercanos
El empresario fundador del grupo Said y presidente de Parque Arauco y Scotiabank murió ayer a los 90 años. El patriarca dejó un gran legado familiar y económico fruto del trabajo y dedicación de años.
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Recordado por "estar metido en todo pero a la vez saber delegar", meticuloso, informado, aportando con nuevas iniciativas constantemente, dotado de una memoria impresionante, que según cuentan nunca le falló. Sus cercanos aseguran que físicamente también se veía muy bien. "Era muy bajo perfil, le gustaba trabajar, hacer las cosas y después hablar", dijeron a DF varias de las personas entrevistadas para esta nota.
Su historia inicia con sus antepasados que emprendieron rumbo desde la ciudad de Belén, en Palestina, hacia América. Su abuelo Issa Said Sahourieh llegó a finales del siglo XIX a Perú, donde comenzó a desarrollar negocios textileros. Tiempo después fue su hijo, Salvador Said Kattan, el padre de José Said, quien continuó el legado. En ese entonces, instalados en Arequipa, el año 1930 nació José, quien rodeado de ocho hermanas fue el único hijo varón del matrimonio Said Saffie. Años más tarde, su padre tomó la decisión de emigrar nuevamente, y fue ahí cuando comenzaron a escribir su historia en nuestro país.
Los cercanos a "don José", como lo llamaron quienes hablaron con DF para este artículo, cuentan que él siempre decía que su corazón estaba dividido en tres, Chile, Perú y Palestina, la tierra de sus antepasados, de la que se encargó de traspasar la cultura, las costumbres, las comidas: definitiva toda la identidad palestina a sus familiares, quienes recuerdan lo mucho que le gustaba el restaurante de comida árabe Omar Khayyam de Recoleta.
Más que empresario
Un papá cariñoso, preocupado y orgulloso de sus hijos y nietos, quien supo ir entregando en vida la antorcha de los negocios a su hijo Salvador. En el mundo laboral, el empresario llamaba la atención por su cordialidad y amabilidad. "Él siempre fue un ardiente promotor del diálogo entre las partes. Tenía opiniones fuertes en lo económico y lo político, pero siempre expresadas con respeto por las diferencias", recuerda el vicepresidente del Banco Central, Joaquín Vial, quien hace años compartió en los pasillos del Banco BBVA con el patriarca del grupo Said.
Ignacio Lacasta, ex gerente general de BBVA Chile, comparte que Said fue un orgullo para el empresariado chileno. Trabajó durante 10 años codo a codo con él y cuenta que siempre se sintió acogido y valorado. Algo que todos sus cercanos comparten es que extrañarán sus consejos. "Su amor y respeto por la familia fueron uno de los valores que me impresionaron muy favorablemente. Puedo decir que fue una gran experiencia trabajar a su lado", cuenta Lacasta.
Su amigo, Baltazar Sánchez, recuerda que siempre se distinguió por abordar proyectos que eran de vanguardia en todas las actividades que participaba. "Una de las características más impresionantes de Don Pepe era la de hacerles sentir a las personas con la que se relacionaba la importancia de lo que le planteaban Tenía una capacidad de acogimiento y motivación que lo convertía en un gran líder", dijo.
Un zoom por Palestina
Maurice Khamis, muy amigo de 'don Pepe' y director de la Fundación Palestina Belén 2000 -de la cual Said fue presidente los últimos 20 años- comenta que: "Estaba impecable, hace 30 días, hicimos un Zoom para ver temas de la Comunidad Palestina. Estaba constantemente preocupado de lo que pasaba en la tierra de sus ancestros, viajó varias veces y aportó mucho en silencio. Era muy generoso, y apoyo mucho a la Iglesia Católica en Palestina", recuerda Khamis. Además añade que la idea de formar la fundación surgió el año 2000 con la visita del Papa Juan Pablo II a tierra Palestina, a la cual asistió junto a sus amigos Alberto Kassis y Mario Nazal.
La ligazón de Said con la Iglesia Católica nació al llegar a Chile y matricularse en el colegio San Ignacio de Alonso Ovalle, donde fue alumno del Padre Hurtado. Sus cercanos recuerdan que José siempre hablaba mucho de él y sus enseñanzas. Tan cercanos eran que para la canonización del Padre Hurtado en Roma -sus cercanos enfatizan que esta es una historia que mantenía bajo llave-, el empresario invitó a todos los adultos mayores del Hogar de Cristo para que pudieran estar presentes en la ceremonia. Detrás del púlpito, José se arreglaba su corbata celeste para que estuviera perfecta, preparándose para leer en la ceremonia. Ensayó una y otra vez porque para él era muy importante y estaba muy nervioso antes de la lectura.
Las lecciones
"Fue como un segundo papá", añade Jorge Daccarett, ex director de la Fundación Palestina Belén 2000 recordando anécdotas de "Don José". Recuerda que hace algunos años tuvo un problema con una persona que comenzó a hablar mal de él y que no le quería aprobar un proyecto. Un día le comentó a Said su problema, a lo que él agarró un papel y escribió el número de esa persona. "Llámelo y hable con él. Pregúntele qué problema tiene con usted y lo soluciona", le dijo. De acuerdo a Daccarett, Said siempre fue frontal y decía las cosas a la cara, fue una gran lección de vida para él.
Pablo Zalaquett recuerda que su tío fue mucho más que eso para él y su hermana Mónica.
"Estuvo siempre cerca para darnos consejos, apoyarnos en nuestra carrera y nos inculcó el amor por Palestina y nuestras raíces". Además recuerda que "cuando yo era alcalde de Santiago, fui a Palestina y el alcalde de Belén me habló la mitad de la reunión de mi tío José Said y al terminar me dijo: "Pregúntele a su tío José, cuando va a hacer un Parque Arauco en Belén".
"Negocio del año"
En diciembre de 2017, Said recibió el premio al "Negocio del año" que entrega Diario Financiero por la venta de BBVA de Chile al canadiense Scotiabank.
El patriarca del clan se convirtió así en el presidente del tercer banco privado más grande de Chile. Los Said tenían la oportunidad de ceder su participación en BBVA Chile, con lo cual hubieran recaudado más de US$ 1.100 millones, pero prefirieron quedarse.
"Personalmente nunca he buscado la exposición pública, y los empresarios normalmente preferimos abocarnos a nuestro trabajo. Un trabajo que en mi caso iniciaron mis antepasados que llegaron desde Belén", dijo tiempo atrás cuando recibió el premio Icare 2003 en la categoría Empresario.
De lunes a viernes, José Said Saffie repartía su tiempo entre la oficina y su casa.A los 90 años ya había comenzado a bajar el ritmo de sus actvidades.